Esta semana conmemorativa de la salud mental queremos compartirte estrategias para explicar las emociones a lxs niñxs, ya que consideramos que un buen desarrollo emocional es fundamental para que gocen al máximo su infancia, aprendan a tener herramientas psicosociales y generen habilidades como la empatía, el respeto y la autorregulación que podrán serles útiles para toda la vida.
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Conocer las emociones
Para empezar, es necesario explicarle a lxs niñxs qué son las emociones.
Las emociones son reacciones fisiológicas de nuestro cuerpo ante cambios o estímulos que aparecen en nuestro entorno y en nosotros mismos. Por ejemplo, cuando ves una cucaracha en tu cocina tu cuerpo reacciona, puedes sentir miedo ¡o asco!
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Podrías hablar primero de las 5 emociones básicas: La tristeza, la alegría, el miedo, el enojo y el amor.
(Puedes añadir las emociones que tu consideres más importantes)
Te recomendamos usar imágenes o con caras que representen diferentes emociones, puedes pedirle a tu hijx que señale la imagen que mejor describe cómo se siente en ese momento. Este ejercicio es muy bueno ya que puedes darte cuenta si tu hijx sabe distinguir sus emociones o si necesitas profundizar más en ellas.
Saber identificar lo que sienten
Ahora es momento de enseñarle a tu hijx lo que quiere decir cada emoción, esto es importante, ya que es el primer paso en la educación emocional: ponerle un nombre a lo que sentimos.
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Esto nos ayudará a tener una mejor comunicación y si es necesario, poder intervenir y ayudar a resolver el conflicto que tenga tu peque.
Tomando de base las 5 emociones primarias podemos explicarlas de esta manera:
Tristeza: es la que nos da momentos de conexión con nuestra persona (la introspección) y la reconciliación, con ella escuchamos más nuestras emociones y nos dice qué cosas nos hacen sentir mal.
Enojo: el enojo nos da recursos para defendernos, poner límites o atacar, lo usamos cuando alguna persona o situación nos ofende o violenta.
Miedo: es la emoción que nos prepara para la huida, la evitación o la protección ante el peligro, es el que nos alerta.
Alegría: nos genera ganas de hacer cosas, de estar en acción, es la emoción que nos dice que estamos cómodos en nuestro entorno.
Amor: esta emoción nos lleva al cuidado y protección de las personas o cosas a las que amamos.
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Otro punto importante es enseñarle a tu hijx a prestar atención a las señales físicas que acompañan a las emociones. Por ejemplo, cuando estén enojadxs, pueden sentir calor en la panza, el corazón latir más rápido o los músculos tensos.
Como ejercicio diario te recomendamos hacer preguntas como ¿cómo te sientes hoy? o a la hora que te cuente sobre su día preguntarle qué emociones reconoció en ciertos momentos, incluso puedes preguntarle si hubo algo que le hiciera sentir así. Durante el día, comenta las emociones que observas cotidianamente.
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También puedes mostrar tus propias emociones y explicarles cómo te sientes en diferentes situaciones. Por ejemplo, puedes decir, "Hoy estoy feliz porque vamos a dar un paseo juntxs".
¿Qué hacer con lo que siento?
Muchas veces los humanos de todas las edades, no sabemos cómo gestionar nuestras emociones, es normal que se vuelvan un tanto instintivas, sin embargo, siendo seres sociales, tenemos que saber regular la forma en la que expresamos esas emociones con el fin de no agredir o lastimar a otras personas.
Hablar de gestión emocional con niñxs, puede parecer súper difícil, pero hemos encontrado un par de herramientas y formas de enseñarles la autorregulación emocional.
Antes de todo, asegúrate de validar las emociones del niñx, sin juzgar o reprimir. Por ejemplo: "Entiendo que te sientas enojadx porque no te prestaron un juguete" o "Es normal sentirse triste cuando mamá se va". Una vez que se valida la emoción se puede enseñar a regularla.
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Conociendo la personalidad de tu hijx puedes saber si prefiere expresar sus emociones dibujando, platicando, si prefiere hacer respiraciones profundas o conteos o hacer alguna actividad física de desahogo.
Ya que eligieron alguna de esas herramientas de regulación, pueden hablar de lo que siente y puedes ofrecerle opciones: permite que tu hijx tome decisiones dentro de límites apropiados. Esto le dará un sentido de control sobre su vida y también le puede ayudar a reducir la frustración. Por ejemplo:
Mateo no le prestó un carrito a Lucía y ella se siente triste y muy enojada. Lucía procede a hacer respiraciones profundas para dejar de llorar y le comenta a papá lo sucedido y cómo se siente, papá escucha y valida la emoción de Lucía, le pregunta qué hará con Mateo y ella decide retirarse y jugar a otra cosa.
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Otra estrategia a tomar en cuenta es ayudar a tu hijx a comprender cómo sus acciones afectan a los demás. Puedes preguntarles cómo se sentirían si estuvieran en el lugar de otra persona. Fomentar la empatía hará que tomen consciencia sobre los sentimientos de las demás personas y que a lo largo de su vida puedan tener relaciones sanas.
La mamá de Mateo se da cuenta que Lucía empieza a llorar porque Mateo no le prestó un carrito, ella se dirige hacia su hijo, le pregunta sobre lo que pasó a lo que Mateo contesta que no quiere prestar sus juguetes, ella le pregunta la razón y procede a preguntarle a Mateo cómo se sentiría si Lucía u otrx amigx no le prestaran sus juguetes, él responde que triste. La mamá de Mateo le dice: Lucía se siente triste, ¿qué harás para que se sienta mejor?
Mateo responde, jugar con ella a otra cosa, sin mis carritos.
Este es un caso ficticio de un acompañamiento en una situación cotidiana, que nos puede dar ejemplos de: emoción, regulación, validación, frustración, límites, empatía y resolución.
Todo sin necesidad de un castigo
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Este punto es muy importante, ya que en generaciones anteriores, todo se trataba con un castigo, el resultado fue, un montón de generaciones que no sabían cómo gestionar su mundo emocional ni cómo relacionarse con las emociones de las otras personas.
El no validar las emociones de lxs niñxs sólo lxs lleva a no saber y no permitirse expresar o comunicar lo que sienten, en lugar de castigos severos, considera el uso de consecuencias que estén relacionadas con la conducta del niñx.
Esto además de fomentar la autorreflexión y la toma de responsabilidad, les permitirá generar un vínculo de confianza, sin miedo a expresar lo que sienten.
Sé un ejemplo
Recuerda que lxs niñxs aprenden observando y muchas veces imitan los comportamientos de lxs adultxs. Como mamá, papá o cuidadorx, recuerda que tú también debes de trabajar en el manejo de tus propias emociones y cómo expresarlas de manera saludable.
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Aprender a comprender y manejar las emociones es un proceso y todxs necesitamos tiempo para desarrollar estas habilidades, así que sé paciente y apoya el aprendizaje de tu hijx.
Recuerda que cada niñx es único y la forma en que entienden y manejan las emociones puede variar. Lo más importante es crear un entorno seguro y comprensivo donde puedan expresar sus sentimientos libremente.
Material de apoyo
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