Actualmente tenemos un estilo de vida completamente diferente a otras generaciones. Pasamos poco tiempo al aire libre, tenemos un exceso de estímulos, tensión y en general, demandas constantes de la vida productiva. Todo esto crea un conjunto de saturación mental en personas de todas las edades.
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En búsqueda de la felicidad
Cada vez es más común escuchar de niñas y niños diagnosticados con trastornos de atención, estrés y depresión.
Como lo platicábamos en el blog de "Más allá del like" vivir dentro del mundo online nos ha perjudicado a nivel bioquímico, y conseguir regular nuestras hormonas de la felicidad (dopamina y serotonina) se vuelve casi imposible.
Sin embargo, la meditación es una de esas fuentes maravillosas de autorregulación, sus beneficios a corto y largo plazo hacen que valga la pena considerarla como una inversión en nuestro bienestar físico, mental y emocional.
¿Qué es la meditación y para qué sirve?
La meditación es un proceso que nos invita a pausar y estar en el presente. A través de la respiración, pensamientos o sensaciones, creamos la atención plena, lo que nos permite liberarnos de pensamientos pasados o futuros.
Este enfoque en el presente nos ayuda a calmar la mente, reducir el estrés y mejorar la claridad mental.
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Meditación y ciencia
Aún existen muchas personas escépticas sobre los resultados de la meditación, y esto surge como consecuencia de una mirada única occidental de la ciencia y la medicina. Dejando atrás los cientos de años de práctica y conocimientos ancestrales de otras culturas.
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Sin embargo las pruebas de eficacia de la meditación son tan contundentes que han logrado despertar el interés de científicos de importantes centros de investigación al rededor del mundo.
Por ejemplo, uno de los estudios más famosos es el de un equipo de neurólogos del Centro Waisman de la Universidad de Wisconsin, Estados Unidos, junto con el Monasterio Scheche de Katmandú en Nepal, estudió los cerebros de un grupo de jóvenes monjes budistas y los comparó con los de estudiantes universitarios estadounidenses.
El resultado de los encefalogramas y otras pruebas sobre los dos grupos, reveló que el número de conexiones neuronales de los monjes era mucho más alto al de los universitarios.
Es decir que los monjes tenían un cerebro más activo.
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Otro estudio muy interesante del Hospital General de Massachussets en colaboración con la Universidad de Yale y el MIT, midió el cerebro de un grupo de personas que practicaban mindfulness (atención plena) durante media hora al día durante un par de semanas, comparado a un grupo de control que no meditó.
Los resultados fueron: mayor grosor y densidad de materia gris en el hipocampo (la zona del cerebro relacionada con el aprendizaje, la concentración, la empatía y la memoria) así como una reducción del tamaño de la amígdala cerebral (el área relacionada con el estrés y la ansiedad). En el grupo de control que no practicó la meditación no hubo estos cambios.
Beneficios de la meditación
Ahora que sabemos que los estudios científicos respaldan los efectos de la meditación en la salud mental y emocional, te platicamos sobre sus beneficios.
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A nivel físico, la meditación ofrece beneficios como: reducir la presión arterial, fortalece el sistema inmunológico y mejora la calidad del sueño, ya que la meditación reduce la producción de hormonas del estrés como el cortisol. Promueve un estado de relajación profunda.
Psicológicamente, fortalece la capacidad de autorregulación emocional, lo que significa que somos menos propensos a reaccionar impulsivamente.
Además de todos los beneficios individuales, la meditación también puede tener un impacto en cómo te relacionas con los demás . Al generar atención plena, somos más conscientes de nuestras reacciones y patrones de pensamiento, lo que nos brinda la oportunidad de ser más compasivos y empáticos con las personas que nos rodean.
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Pero ¿cómo aprender a meditar?
En makoto creemos muy importarte darte recursos para encontrar el bienestar. Es por eso que hoy te ayudaremos a empezar con esta práctica y de la mano de Raya para que aprendas a meditar de una manera más amigable y para todas las edades.
Ojo: Raya es una herramienta, pero puedes aprender a meditar con o sin ella.
Preparación:
Para la meditación lo más importante es la respiración, ten en cuenta siempre estar consciente de ella e inhalar y exhalar por la nariz.
La meditación es una invitación para relajarse usando la imaginación. Recrea un lugar bonito y seguro incluso puedes ayudarte con algunos sonidos y elementos reales.
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Instrucciones:
Elige un lugar tranquilo que esté libre de distracciones. Si quieres hacerlo con música, recuerda seleccionar música tranquila que sólo promueva calma
establece un mínimo de tiempo para meditar. Si estás aprendiendo puedes iniciar con 5 o 10 minutos
medita en un lugar y posición cómoda, de preferencia con ropa flojita, presta atención a tu cuerpo y cómo se comporta las primeras veces, esto te ayudará a encontrar la mejor forma de meditar, sentada/o o acostada/o.
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Ahora que todo el ambiente es favorable, podemos empezar
Si meditas con Raya retira el saquito de semillas y caliéntalo unos segundos en el microondas, una vez caliente, regresa el saquito a Raya.
Encuentra tu posición cómoda
Cierra los ojos y concéntrate en tu respiración (inhala y exhala por la nariz), siente cómo tu pecho y vientre suben y bajan al ritmo de tu inhalación y exhalación, haz este ejercicio durante tres grandes inhalaciones y exhalaciones profundas
Ahora respira conscientemente pero enfocándote en otros elementos como la música, la temperatura, el aroma, etc.
Si meditas con Raya puedes hacer un conteo de respiraciones apoyándote de las cuentas de Raya, al igual puedes colocarla sobre tu torso o estómago y ver como sube y baja con cada respiración.
Además puedes hacer una meditación sensorial concentrándote en su temperatura y aroma.
Observa tus pensamientos y nunca juzgues si tienes muchos o no puedes concentrarte, de ser así, déjalos fluir. El propósito de la meditación no es aclarar tu mente, pues inevitablemente va a divagar, entonces para “no pensar en ellos” enfoca tu atención en un objeto, en tu cuerpo o en tu respiración.
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La meditación no es tener la mente en blanco, sino más bien mantener la atención al momento presente, sin aferrarte a los pensamientos.
En este mundo cada vez más conectado digitalmente y desconectado internamente, la meditación nos abre la posibilidad de reconectarnos con nosotros mismos en un nivel profundo, nos regala la oportunidad de aprender a conocernos y de entender mejor nuestras necesidades.
Si quieres empezar a meditar, no es necesario que gastes en clases y aditamentos, meditar es una capacidad que puedes desarrollar tu misma/o. Si sientes que necesitas una guía puedes seguir nuestro tutorial o buscar meditaciones guíadas en YouTube o en Spotify de forma gratuita. También puedes apoyarte de plataformas increíbles como Headspace, Healthy Minds, Calm, AtentaMente, entre otras.
Meditar es un proceso y conlleva una práctica constante, como cantar, hacer deporte o aprender un idioma. Puedes dedicarle 5 minutos al día y con el tiempo crear un hábito que cambiará para bien tu vida.
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